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Durante el Consejo Directivo Nacional de la CANACINTRA, el secretario
José Calzada Rovirosa afirmó que invertir en el campo es un buen negocio:
"un peso invertido genera bienestar y trasforma vidas para construir un
México más próspero y seguro”.
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En 2016 hay buenas perspectivas de crecimiento y desarrollo en el
campo, a través de la tecnificación, innovación e inversión, y de transitar de
los subsidios a los incentivos a la productividad, con el acompañamiento a los
pequeños productores y productoras: SAGARPA.
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El presidente de la CANACINTRA, Rodrigo Alpizar Vallejo, afirmó que en
esta nueva etapa de trabajo se enfocarán acciones para impulsar áreas de
infraestructura y de agrologística, cadenas de valor y esquemas de
financiamiento directo con los productores, lo que facilitará su inclusión en
los mercados nacional e internacional.
La Secretaría de Agricultura,
Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA) y la Cámara
Nacional de la Industria de la Transformación (CANACINTRA) acordaron fortalecer
líneas de trabajo en el acompañamiento de los productores del campo, en
procesos de financiamiento y de tecnificación, así como en proyectos de
transformación agroindustrial.
Durante el Consejo Directivo
Nacional de la CANACINTRA, el titular de la SAGARPA, José Calzada Rovirosa,
afirmó que invertir en el campo es un buen negocio, "un peso invertido en
el campo es uno que genera bienestar y trasforma miles de vidas en el camino
para construir un México más próspero y más seguro”.
Subrayó que hoy el sector
primario es prioritario y estratégico para el país, por lo que en el 2016 hay
buenas perspectivas en su crecimiento y desarrollo –a través de la
tecnificación, innovación e inversión— y en la transición de los subsidios a
los incentivos a la productividad, con el acompañamiento a los pequeños
productores y productoras.
“Queremos alejar al sector
primario y a la SAGARPA de lo tradicional, y lo tradicional son subsidios y
apoyos, y llevarlos a cuestiones que tengan que ver con infraestructura e
inversión, porque esto es algo que ve el productor y que ven sus hijos y que
ven sus nietos, pero que además se refleja de manera sustantiva en términos de
producción y, por supuesto, también de la balanza comercial”, enfatizó.
El otro camino, dijo, es la
diversificación de mercados, lo cual se logrará con el fortalecimiento de
acciones en materia de sanidad e inocuidad, y la inversión en cadenas de valor
agregado, sistemas de agrologística -como centros de acopio, procesamiento y
empaque-, cuartos frigoríficos, rastros TIF, invernaderos, tecnificación
del riego y esquemas de financiamiento con la participación de la banca
privada.
En este último rubro, comentó que
en los países con alto potencial productivo agroalimentario, en el 70 por ciento
de los financiamientos participa la banca comercial, mientras que en México
sólo es de 15 por ciento. De ese tamaño es el reto a enfrentar y aquí es donde
este importante organismo industrial tiene mucho que aportar, añadió.
Ante los delegados de la Cámara e
industriales de diferentes puntos de país, el secretario José Calzada Rovirosa
aseguró que en esa nueva visión del sector se tiene que redimensionar el
potencial que tiene el campo mexicano y su contribución al PIB nacional, con un
crecimiento de 4.1 por ciento y 6.3 por ciento en valor de las exportaciones
agroalimentarias al año.
Señaló que más que los pesos y
centavos, el crecimiento del sector se tiene que medir también por el impacto
en lo social, porque si bien, agregó, se tienen buenos números, todavía falta
mucho por hacer para insertar a los pequeños y medianos productores en los
procesos de productividad, competitividad y rentabilidad, compromiso en el que
el Gobierno de la República orienta políticas públicas, programas y recursos.
Un ejemplo de este impacto,
indicó, es el que grandes empresas y corporativos nacionales e internacionales
invierten miles de millones de dólares, con la consecuente generación de
empleos; para el caso del campo en México, abundó, vale 45 mil millones de dólares
y genera millones de empleos, esa es una contribución social.
Destacó el desarrollo de dos
proyectos estratégicos que le cambiarán la vida a miles de pequeños
productores: en Campeche, la siembra de 100 mil hectáreas de palma de aceite,
en beneficio de 20 mil familias (100 mil personas), y el de la incorporación de
20 mil hectáreas al cultivo de maíz y soya en Tizimín, Yucatán, con un impacto
en el sector social de la región.
Acompañado por el coordinador de
Asesores de la SAGARPA, Flavio Díaz Mirón, el secretario de
Agricultura detalló que otra área en donde se tiene que invertir es en la parte
de insumos (fertilizantes y semillas) para abaratar los costos de producción,
“esto es irnos al origen y no al destino, que es el reto final de los productos”,
puntualizó.
El presidente de la CANACINTRA,
Rodrigo Alpizar Vallejo, resaltó que esta reunión de Consejo cuenta con la
participación de líderes de las políticas públicas que marcan la agenda del
país, como lo es la del sector agroalimentario nacional, rubro en el cual
quieren participar con mayor impulso en coordinación con la SAGARPA.
Explicó que la Secretaría y la
cúpula industrial trabajan ya en varios acuerdos relacionados con la
colaboración y seguimiento de proyectos en la parte agroindustrial, y en esta
nueva etapa de trabajo se enfocarán acciones para impulsar áreas de
infraestructura y de agrologística, cadenas de valor y esquemas de
financiamiento directo con los productores, lo que facilitará su inclusión en
los mercados nacional e internacional.