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Por la tecnología con la que está equipado se constituirá en el buque
insignia para la investigación pesquera del país.
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Con su funcionamiento México tendrá la posibilidad de estudiar el 91
por ciento de sus mares que aún no ha sido explorados.
Luego de una travesía de más de seis mil 690 millas náuticas (12 mil 390
Km. aproximadamente) el Buque de Investigación Pesquera y Oceanográfica para
Aguas Profundas (BIPO) del Instituto Nacional de Pesca (INAPESCA), arribará al
puerto mexicano de Mazatlán, Sinaloa, en la tercera semana del mes de febrero,
señaló el director general del INAPESCA, Raúl Adán Romo Trujillo.
Explicó que se tiene previsto que en los
próximos días la embarcación esté en ruta rumbo el Canal de Panamá, por donde
cruzará hacia aguas del Pacífico mexicano, a fin de dirigirse al muelle que se
ha preparado para su atrancamiento en dicho puerto.
Al destacar la importancia de la operación
de este barco (que zarpó del Puerto de Vigo, España el pasado 20 de enero),
resaltó que debido a la tecnología de punta con la que está equipado, éste se
constituirá en el buque insignia para la investigación pesquera del país.
El funcionario de la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)
precisó que el BIPO cuenta con siete laboratorios con moderno
instrumental para el análisis de organismos. Asimismo, está dotado de las
mejores artes de pesca de profundidad y equipo científico de última generación
que permitirá conocer la biomasa de ciertas especies de profundidad que existen
en nuestros mares.
Adicionalmente, se podrán realizar estudios
oceanográficos, analizar las características físico-químicas de las aguas
profundas, efectuar investigaciones hasta ocho mil metros de profundidad y
análisis hasta 200 metros por debajo del subsuelo marino, con lo cual se
obtendrá información científica de gran valor para el mejor aprovechamiento de
nuestros recursos.
Abundó que el moderno equipo de este barco
incluye un vehículo operado a control remoto (ROV) que se empleará para
colocación, apoyo y recuperación de muestras e instrumentos, extracción
de objetos, seguimiento de ejemplares, estudio del lecho marino y
levantamiento de imágenes para análisis del entorno submarino, así como la
realización de video-documentales científicos.
El aparato será operado con un equipo de
cómputo que recibirá y clasificará toda la información que recabe y transmita
durante su recorrido.
Confió que con el funcionamiento del buque
de investigación pesquera y oceanográfica México tendrá la posibilidad de
estudiar el 91 por ciento de sus mares que aún no ha sido explorado, a fin de
buscar nuevos recursos y pesquerías de mayor profundidad, lo que representará
también la posibilidad de generar más empresas y fuentes de trabajo en este
sector productivo.
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