• La variedad de nopal
se adapta a temperaturas extremas, lluvia escasa y mala calidad de suelo, lo
cual le permite sobrevivir y, con un manejo apropiado, producir frutos de
calidad de interés comercial.
• Directivos del INIFAP
destacan que esta variedad de nopal tunero será aplicada en los proyectos estratégicos
de seguridad alimentaria y direccionada a los esquemas de producción de
comunidades marginadas, como parte de las acciones de la Cruzada Nacional
contra el Hambre.
El Instituto Nacional de
Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) ha implementado
nuevas opciones para el manejo de plantaciones de nopal tunero en el altiplano
mexicano, donde predominan zonas semiáridas.
Investigadores de los Campos
Experimentales San Luis y Zacatecas del INIFAP explicaron que esta variedad de
nopal tunero se adapta a temperaturas extremas, lluvia escasa y mala calidad de
suelo, lo cual le permite sobrevivir y, con un manejo apropiado, producir
frutos de calidad de interés comercial, como los nopalitos y las tunas.
Como producto de estos hallazgos,
el INIFAP -órgano descentralizado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)- ha implementado en este tipo
de regiones programas para fomentar la plantación de nopal tunero como una
alternativa de cultivo para áreas con sequías recurrentes.
Directivos del Instituto
destacaron que esta variedad de nopal tunero será aplicada en los proyectos
estratégicos de seguridad alimentaria y direccionada a los esquemas de
producción de comunidades marginadas, como parte de las acciones de la Cruzada
Nacional contra el Hambre.
El suelo destinado a una
plantación de nopal tunero debe tener al menos 30 centímetros de profundidad y
ubicarse en sitios que tengan 300 milímetros de precipitación anual, como en
los distritos de Matehuala y San Luis Potosí, detallaron los investigadores
Javier Luna Vázquez y Jorge Artemio Zegbe Domínguez en su estudio “Manejo de
plantaciones de nopal tunero en el altiplano potosino”.
Los especialistas subrayaron
también la importancia de los métodos culturales, como es la poda sanitaria
para eliminar pencas dañadas y restos de poda, con el fin de tener un control y
manejo de plagas y enfermedades y con ello evitar mermas en la producción.
En los últimos años, se ha
registrado un aumento de cuatro mil 480 hectáreas destinadas al cultivo de
nopal tunero en México.
Actualmente, ocupa una superficie
de 57 mil 692 hectáreas y su producción en condiciones de riego alcanza casi 11
toneladas por hectárea en promedio. En cuanto a su superficie establecida, el
nopal tunero es el sexto frutal en importancia en el país.
Nuestro país tiene una importante
diversidad de especies de nopal, como los del altiplano potosino, tanto a nivel
de traspatio en las comunidades rurales, como en poblaciones silvestres y
huertas cultivadas.
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