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En 2014, se pasó de los apoyos directos vinculados al ingreso a los
incentivos a la productividad, por lo que se puso en marcha el PROAGRO
Productivo como uno de los componentes estratégicos del sector agroalimentario
para impulsar la producción, fortalecer la seguridad alimentaria y mejorar el
ingreso de los campesinos y pequeños productores.
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Datos del Segundo Informe de Gobierno destacan que la producción
agrícola en 2013 aumentó 6.5 por ciento (11.5 millones de toneladas), respecto
a los 178.2 millones de toneladas de 2012, con un incremento en la producción
de caña de azúcar y aumento en volúmenes de maíz, frijol y trigo.
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En los primeros siete meses del año se entregaron 11 mil 384 millones
de pesos en incentivos antes de la siembra, lo que permitirá que dos millones
de productores (que cultivan 10.6 millones de hectáreas) contarán oportunamente
con recursos para adquirir semilla mejorada, fertilizantes, equipo e insumos.
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Al cierre del primer semestre del año, la balanza comercial
agropecuaria y pesquera presentó un superávit de 535 millones de dólares, con
una reducción en el déficit del 39 por ciento, el mayor en los últimos ocho
años para un periodo similar.
En la nueva visión del Gobierno de la República de impulsar
la productividad y competitividad en el campo mexicano, la Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA)
realizó la reorientación de sus programas, con reglas de operación accesibles y
recursos enfocados a fortalecer la seguridad alimentaria en el país mediante
incentivos a la productividad.
En esta dinámica, se instrumentan políticas públicas y
acciones para reducir la dependencia alimentaria, impulso a programas de
incentivos a la productividad en el campo, instrumentación de una banca de desarrollo
más accesible, proyectos de tecnificación de riego y acciones de sanidad e
inocuidad.
Como resultados, la producción del año pasado en el cultivo
de granos y oleaginosas (arroz, frijol, maíz, trigo, soya y sorgo, entre otros)
cubrió el 68 por ciento del consumo nacional, esto es cinco puntos porcentuales
más que en 2012; la meta, es lograr que el 75 por ciento del consumo interno de
estos productos se produzca en el país.
Además, la producción agrícola en 2013 aumentó 6.5 por
ciento (11.5 millones de tonelada), respecto a los 178.2 millones de toneladas
de 2012, con un incremento en la producción de caña de azúcar y en maíz, frijol
y trigo.
En esto, mucho tuvo que ver el nuevo componente PROAGRO
Productivo, el cual promueve incentivos para incrementar la productividad del
campo, con reglas de operación sencillas y la entrega de apoyos más oportunos,
y dio fin al esquema de asistencialismo promovido por el anterior PROCAMPO, que
tuvo una operación de más de 20 años.
En 2014, se pasó de los apoyos directos vinculados al
ingreso a los incentivos a la productividad, por lo que se puso en marcha el
PROAGRO Productivo como uno de los componentes estratégicos del sector
agroalimentario para impulsar la producción, fortalecer la seguridad
alimentaria y mejorar el ingreso de los campesinos y pequeños
productores.
Datos del Segundo Informe de Gobierno indican que en los
primeros siete meses del año, se entregaron 11 mil 384 millones de pesos en
incentivos antes de la siembra, a fin de que dos millones de productores (que
cultivan 10.6 millones de hectáreas) contarán oportunamente con recursos para
adquirir semilla mejorada, fertilizantes, equipo e insumos.
El PROAGRO Productivo maneja estímulos diferenciados, y a
los productores de autoconsumo –con tres hectáreas de temporal o menos- reciben
un incentivo de mil 500 pesos por hectárea, esto es 200 pesos más de lo que
recibían en 2013, y 537 pesos más por hectárea que a los productores de
transición y comerciales.
Con esto, detalla el documento, se logró que los productores
dispongan oportunamente de recursos para la adquisición de fertilizantes,
abonos, correctores, sustratos, semillas, material vegetativo, productivo
fitosanitarios, pago de mano de obra, arrendamientos, gastos administrativos,
de comercialización y de derechos.
Más resultados del Gobierno de la República en sector
agroalimentario
En estos cambios de fondo para el sector agroalimentario, en
el Segundo Informe de Gobierno se destaca que de enero a julio de este año, en
los municipios de la Cruzada Nacional contra el Hambre se canalizaron seis mil
400 millones de pesos, en beneficio de 1.2 millones de pequeños productores de
zonas vulnerables del país.
Con la Reforma Financiera, se puso en marcha el Programa de
la Financiera Nacional de Desarrollo, que otorga créditos con una tasa de
interés de un sólo dígito, menos del 10 por ciento.
En créditos de hasta por 230 mil pesos a pequeños
productores, con tasa preferencial aún más baja, siete por ciento anual como
máximo, y 6.5 % para mujeres productoras, sin la exigencia de una garantía
real, sólo con el aval de su cosecha.
Para capitalizar adecuadamente al campo, este esquema
también establece financiamiento a largo plazo, de hasta 15 años, para que los
productores puedan invertir en la compra de equipo o infraestructura, como
sistemas de riego, redes de frío o áreas de almacenamiento de granos.
En total, durante 2014, con estos nuevos productos, la
Financiera Nacional de Desarrollo otorgará 44 mil millones de pesos en créditos
para el sector primario del país.
Además de que el Estado otorga a los intermediarios
financieros privados las garantías necesarias para que entreguen créditos
directos, con las mismas condiciones que la banca de
desarrollo.
Con el propósito de elevar la productividad del sector
agropecuario con un campo moderno y tecnificado, a través de la sustentabilidad
en la actividad primaria, en estos dos primeros años se avanza en el programa
de tecnificación de riego para alcanzar la meta sexenal, que es de 480 mil
hectáreas.
Asimismo, la sanidad e inocuidad son acciones prioritarias
que aseguran la oferta de productos agroalimentarios sanos y de calidad para
los consumidores nacionales y de otros países, a través del Sistema Nacional de
Inspección Fito Zoosanitaria que impide el ingreso de plagas y enfermedades y
el control oportuno de brotes como la influenza aviar, la mancha blanca de
camarón, roya del café y el HLB en cítricos.
Todas estas medidas en conjunto permiten que las
exportaciones de productos agroalimentario de México vayan a la alza, y al
cierre del primer semestre del año la balanza comercial agropecuaria y pesquera
presentó un superávit de 535 millones de dólares, con una reducción en el
déficit del 39 por ciento, el mayor en los últimos ocho años para un periodo
similar.
A dos años de administración, queda establecido que para el
Gobierno de la República el sector agropecuario y pesquero es fundamental para
el crecimiento económico y social del país, con el impulso de la productividad
y competitividad, desarrollo del bienestar de las familias del campo y
fortalecimiento de la seguridad alimentaria.
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